En las Illes Balears: “Pesca de roquer”
Como su nombre indica esta modalidad de pesca marítima se desarrolla sobre las rocas, o mejor dicho, en un fondo rocoso lanzando desde la costa.
No es que sea una modalidad nueva, sino que la progresiva invasión de terminología anglosajona, parece dar nuevo significado a las técnicas tradicionales.
De hecho, todos los que lanzábamos a fondo en los abruptos cortados de cualquiera de nuestras costas estábamos practicando rock-fishing. ¡Y nosotros sin enterarnos!
Pero en fin, dejando aparte estas anécdotas, digamos terminológicas, la sustancia de esta modalidad está precisamente en llegar con nuestro aparejo hasta el hábitat de muchos peces que denominamos genéricamente "de escollera" o "de roca".
Lábridos, espárridos y serránidos están entre las presas más codiciadas y frecuentes de este tipo de pesca. Pero igualmente habituales, aunque más modestas e incluso despreciadas por muchos, son los góbidos y los blénidos, muy abundantes ambos en las capas más someras.
Y dado que existen, como vemos, tantos peces que viven en fondos rocosos, parece lógico que los pescadores tratemos de llegar hasta ellos. El problema que se presenta es que este tipo de fondos suele ser bastante hostil para los aparejos de pesca. De ahí que muchos se decanten por emplear aparejos suspendidos a pulso, para evitar las infructuosidades que jalonan estos lechos marinos.
Pero, por lo visto, estas técnicas no serían en puridad "rock-fishing" o pesca desde roca, sino que este término corresponde en exclusiva al lanzado a fondo.
Así pues, el equipo es, con ligeras variaciones, el mismo que empleamos para el surf-casting o lanzado y otras modalidades de lanzado pesado.
Sin embargo, la diferencia radica en el aparejo. Y aquí es donde se cometen las mayores equivocaciones.
Esto es así porque, inducidos por el equipo, empleamos a su vez aparejos muy pesados y montajes con lastres de entre 150 y 250 g.
Además, no solemos cuidar la forma y el diseño de estos lastres, concebidos para pescar en fondos arenosos o fangosos y que, en un lecho de rocas, se trabarán sin remedio.
De ahí que mucha gente se abstenga de pescar en roca por la sencilla razón de que pierden demasiados aparejos y, con esto, desaprovechan unas zonas que pueden ser muy productivas.
Así pues, vamos a indicar cuál es el mejor aparejo para estos casos:
- El plomo debe ser lo más ligero posible a partir de 50 grs. En los fondos rocosos el pez tiene refugio y protección, por lo que no debemos obsesionarnos por alcanzar largas distancias ni grandes profundidades, especialmente de noche.
- El plomo no debe tener aristas, ni garfios, ni cualquier otro elemento de agarre, tan común hoy en los lastres pesados de surf-casting o lanzado.
- Además, existen plomos sujetos en estructuras plásticas o similares que reducen en gran medida el riesgo de trabarse entre las rocas.
- Podemos emplear un montaje con tres anzuelos. El riesgo de engancharse en el fondo no es tanto. Lo que realmente suele quedar trabado es el plomo, no los anzuelos.
- Es conveniente también amarrar el lastre con un sedal menos resistente que el resto del aparejo. Con esto evitaremos, en caso de enganche, perder todo el aparejo. Otro tanto cabe decir de los anzuelos.
O sea, plantear un aparejo cuyas partes susceptibles de enganche puedan ser desprendidas sin perder lo demás.
- El aparejo idóneo nunca termina en el anzuelo, es decir, el plomo queda por debajo de los anzuelos y no al revés. La razón es que, los peces que viven en fondos de roca encontrarán mejor nuestro cebo suspendido a un par de palmos del lecho marino. Esta distancia, además, será útil para que el cebo no quede tapado por las algas o las infructuosidades del fondo y será mucho más visible y detectable.
Una vez que hemos visto las particularidades de los montajes de pesca desde roca, tendríamos que fijarnos en los cebos. En este apartado, las diferencias con el surf-casting o lanzado son mucho menores. De hecho, las carnadas para
ambas modalidades son prácticamente intercambiables, al margen de que un cebo que habita en fondos arenosos funcione mejor ahí que sobre un lecho rocoso. Siempre debemos procurar que el cebo sea lo más natural posible, y eso incluye que su hábitat se corresponda con el lugar donde hemos lanzado el aparejo.
Pero en la práctica, se emplean las mismas carnadas, sobre todo teniendo en cuenta que muchas de ellas son casi universales para la pesca marítima. Nos referimos a los anélidos marinos especialmente la gusana coreana y la de rosca, etc.
F.B.P. i C.
C/ Joan Miró, 327 "Cala Nova"
Tel. i fax: 971 702088
fbpescaic@telefonica.net
miércoles, 11 de mayo de 2011
0 comentarios:
Publicar un comentario